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La inducción por fechas de Edurne

Parto:

Inducción propess + oxitocina

Gestación:

41s 3d

Curso:

Pack digital hipnoparto

La historia de parto

El día 25 de octubre (viernes) cumplía 41 semanas y esa misma mañana, todavía sin haberme levantado de la cama, recibí una llamada del centro de atención a la mujer donde me habían atendido durante el embarazo para que fuese lo antes posible, ya que la gine así lo había valorado (en un principio tenía cita de control al lunes siguiente, en la 41+3).

Me dio mala espina, pensé que a lo mejor habían visto algo raro en el anterior control y por eso tanta prisa, y también se me pasó por la cabeza la idea de que quisieran inducir... Ya tenía este tema hablado con mi pareja y los dos pensábamos igual, no queríamos aceptar la inducción (si no había ningún riesgo). De todas formas, decidimos ir y ver qué pasaba (mi chico no estaba nada convencido).

Una vez allí primero nos atendió la matrona, majísima como siempre, me puso las correas y ahí estuvimos mientras tanto hablando un poco de todo. Le pregunté a ver qué podía pasar y me dijo que muy probablemente me ofrecerían inducción, pero que estuviese tranquila, que si no quería aceptarla estaba en mi derecho y tendría la posibilidad de seguir haciéndome controles para ver qué todo seguía bien. Me quedé tranquila y el control salió perfecto además.

Después, me llamó la gine, que para mi sorpresa, no conocía de nada (no era ninguna de las que me había visto antes) y estaba acompañada por una auxiliar y otra chica que supuse que estaba de prácticas pero nadie me presentó. Antes de mirarme ni nada ya me habló de la maniobra de Hamilton, que en un principio no quise aceptar pero más tarde acabé aceptando al ver que empezaba a hablarme de las fechas y la inducción.

Me hizo una eco (mi bebé seguía perfecta), y también un tacto. Estaba igual que en la revisión anterior, dilatada de 1 cm. Pero claro, estaba ya de 41 semanas y según ella había que inducir así que accedí a que me hiciera la Hamilton para ver si ese fin de semana tenía suerte y me ponía de parto de manera espontánea... Ya que sí o sí, según me dijo, el lunes siguiente tenía que ir a inducir.

Al finalizar la visita, me dio un papel (como un volante) y me explicó que el lunes tenía que ir a urgencias del hospital. Tanto mi pareja como yo estábamos un poco en shock, no terminábamos de creer lo que nos iba diciendo. Yo intenté preguntarle cuales eran los riesgos y por qué, y el único argumento que me daba era la fecha. La auxiliar y la otra chica me miraban con cara de poker y la ginecóloga no sabía muy bien por dónde tirar con sus explicaciones, me dio la sensación de que no acostumbraban a tener que explicar este tipo de cosas. Le pregunté por alternativas a la inducción y no me dio ninguna.

Rato después, en el coche, solo podía llorar. Me sentía con una impotencia muy grande, obligada a aceptar la inducción sin otra alternativa. Sabía que podía negarme, pero no me sentía preparada para ello y a pesar de estar informada gracias a todo lo que me había preparado para el parto, me entró miedo a que pudiera pasar algo y tampoco sabía cómo actuar ya que esa gine no me dio opción a seguir con controles. Me faltó tiempo y confianza en esa consulta para poder rebatir y decidir.

Pase todo el fin de semana con altibajos, haciéndome a la idea, intentando ver el lado positivo y desahogándome con mi pareja. El sábado expulsé el tapón mucoso y tuve algunas contracciones pero la cosa no avanzó. Y el domingo hice un plan de parto nuevo, más enfocado en la inducción.

El lunes a primera hora, cogimos nuestras cosas y fuimos a urgencias. Me parecía totalmente surrealista entrar por aquella puerta, estando yo "como una rosa", sin un dolor ni una contracción, y mi bebé completamente sana en mi 41+3. Pero ya me había hecho a la idea de que aunque no era como yo hubiera querido, había sido así y pronto conocería a mi txikitika.

Me tuvieron en control durante una hora, me hicieron un tacto (seguía igual que el viernes) y me pusieron el propess. Nos acompañaron a lo que iba a ser nuestra habitación, y allí saqué yo todo mi kit con la intención de entrar en el planeta parto.

Pero al poco rato llegó mi compañera de habitación, que casualmente era conocida de mi pareja... Y entrar en el planeta parto fue imposible. Intimidad cero.

Pasé la noche con contracciones llevaderas pero que no me dejaron dormir, y a la mañana siguiente me quité el propess y me bajaron a partos. Me sentía muy cansada y el desayuno fue de todo menos contundente (y no sabía cuantas horas me esperaban de ayuno ni de parto...). El personal de partos resultó ser encantador (menos mal), tanto auxiliares como matronas.

La matrona se presentó, le di mi plan de parto, me hizo un tacto para ver cómo estaba la cosa y seguía igual. Me ofreció o romper la bolsa (era lo que solían hacer primero) o empezar con oxitocina. Dudé, no quería ninguna, pero elegí la primera opción y las contracciones no tardaron en llegar. Empezaron siendo muy irregulares pero la intensidad fue subiendo rápido... Y para mi sorpresa, mi cuerpo solo podía estar encima de la cama, cambiando de postura y con las piernas abiertas. Me costaba mantenerme de pie, me dolían mucho las piernas y las sentía sin fuerza (no sé si pudo ser algún efecto secundario del propess o por la mala postura en la cama la noche anterior y el cansancio).

Fui llevando el ir y venir de las olas bastante bien, dosificando un poco los recursos. Pero sin duda lo que más me ayudó fueron las respiraciones y la presencia de mi pareja, que cada vez que venía una ola me daba su brazo para que lo agarrase con fuerza. Su presencia para mí fue fundamental. Mentalmente me sentí bastante fuerte, físicamente sentí que mis piernas me estaban fallando pero intenté adaptarme a la situación con los recursos que tenía probando posturas diferentes en la cama.

Pasadas unas horas (unas 5 más o menos) me hicieron otro tacto y estaba de 3'5 cm. Pensé que aunque la cosa podía acelerarse de un momento a otro, todavía quedaban muchas horas y me sentía demasiado cansada por lo que decidí pedir la epidural. Estaba sobrellevando los dolores bastante bien pero el cansancio era demasiado, necesitaba descansar y reponer energía.

Durante el proceso de ponerme la epidural me sentí más fuerte que nunca. Me pareció dificilísimo mantenerme tan quieta en esas posturas entre ola y ola, y conseguí no moverme y seguí respirando y manteniendo la concentración.

Una vez puesta la epidural, las olas empezaron a espaciarse y a volverse otra vez más irregulares. Esto me dio un gran descanso durante un buen rato, y aunque no llegue a dormirme, pude recuperar un poco de energía. Pero más tarde, visto que la cosa no avanzaba, me pusieron oxitocina para ver si las olas volvían a coger ritmo y así fue. Gracias a la epidural sentía las olas con menos intensidad aunque las seguía notando. Además, yo sentía a mi bebé cada vez más cerca y eso me motivaba muchísimo.

Entre ola y ola tuvimos ratos de escuchar música, cantar, reírnos... Tengo buen recuerdo a pesar de las circunstancias. Entre las 7 y las 8 de la tarde, más o menos, vino otra vez la matrona ya que pronto terminaba su turno y para ver cómo iba. Volvió a hacerme un tacto y estaba de 6. Sentí que ya no quedaba nada...

A partir de ahí se me pasó todo tan rápido... En un momento dado, no sé qué hora era, tuve que llamar a la matrona (la del siguiente turno ya) porque empecé a notar las contracciones tan fuertes que creía que la epidural se había acabado o no estaba funcionando. Mi sensación era que la cabeza de mi bebé iba a salir en cualquier momento. La matrona comprobó que todo estaba en orden y dijo que más tarde (creo que como en una hora) me haría otro tacto para ver cómo iba.

Mi chico se quedó alucinado... Me preguntaba a ver si podía quedar tanto, yo le dije que se sentara y estuviese tranquilo. Algo en mí me decía que Ione estaba ya por salir, la notaba deslizarse cada vez más abajo, pero no estaba segura de mis sensaciones. Al momento le pedí que mirase entre mis piernas... Y su cara me lo dijo todo, se puso blanco y me dijo que no estaba seguro pero que creía que estaba viendo la cabeza ahí.

De repente me llene de energía y le pedí que llamase a la matrona. Cuando vino, miró, y salió diciendo "Venid, que está de parto", me vine muy arriba. Me quitaron rápidamente las correas, me bajaron el camisón, me explicó como pujar cuando viniese una ola... Yo no podía controlar mucho mi cuerpo, creo que lo hacía todo él sólo. La sensación era increíble e imposible de describir. Me pidió que pujara más despacio pero sentía que no podía, y al tercer pujo mi niña estaba fuera. Eran las 23:15. La matrona me la puso encima y yo no podía parar de llorar... Y ella tampoco. Estaba tan resbaladiza y tan calentita... Y cómo lloraba, parecía que no le había gustado el que la obligaran a salir.

Fue su padre quien pinzó el cordón, una vez dejó de latir, y más tarde me guiaron para alumbrar la placenta. La auxiliar nos hizo la impresión de la placenta en un lienzo que habíamos llevado. A mí se me olvidó todo el tema de la inducción y sentía que estaba viviendo el momento más bonito de toda mi vida. Estuvimos tranquilamente los tres en intimidad en la misma sala de partos haciendo piel con piel, y a las 2 y pico nos subieron a la habitación.

Todo lo bonito de este día perdió lo bonito en los días siguientes de hospitalización. Era la primera vez que yo estaba ingresada en un hospital, y sentí a cada momento que no se respetaba ni nuestra necesidad de descanso, ni nuestra necesidad de relax, ni nuestra intimidad. Constantemente entraba personal del Hospital a la habitación, hablando alto, interrumpiendo momentos de lactancia (que ya de por sí nos estaba resultando complicada), que si tomarnos tensión y temperatura, que si explicarnos temas de papeles, que si firmar documentos... Y ya el colmo, tener que explicar a la de la limpieza que llevábamos tantas cosas porque llevábamos cuatro días en el hospital y no dos.

Así que en conclusión, puedo decir que tuve un parto bonito y positivo y que fue muy bien a pesar de haber sido una inducción injustificada, y quiero sobre todo quedarme con esto. Además se respetó totalmente mi plan de parto y se nos informó de todo durante el proceso (no en la fase anterior).
Agradecida totalmente a haberme preparado bien, y a Paula de myBabymyBirth® por supuesto ❤

Edurne

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