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Inducción por preclamsia leve de Irati

Parto:

Inducido

Gestación:

39s

Curso:

Pack digital hipnoparto

La historia de parto

Tuve a mi primer hijo justo hace dos años, un parto muy largo que terminó en parto instrumental y mi bebé en neonatos. Cuando me quedé embarazada del segundo más allá de algo de miedo a que se repitiese, mi ilusión era tener mi parto soñado y la verdad es que gracias al hipnoparto de myBabymyBirth®, mis lecturas y los muchos relatos que devoré, lo fue, quizás no un parto ideal pero sí uno bueno para mí.

En la semana 38 empezó a subirme la tensión por lo que la matrona de mi centro de salud me citó en la semana 39 para un control.

Ese día acudí a primera hora al centro de salud pensando que me seguirían controlando hasta el parto pero que no iría más allá. En la consulta, tensión muy alta y proteínas en orina, la matrona me envió directamente a urgencias. Allí me hicieron analítica y efectivamente me diagnosticaron una preclamsia leve. La ginecóloga me informó que estando ya en la semana 39 lo mejor era finalizar ya el embarazo, así que me ingresaron y comenzaron de inmediato el protocolo de inducción.

Fue una inducción super rápida, a las 12:00 del mediodía me pusieron el propess y en una hora ya estaba con contracciones, a las 17:00 me llevaron a monitores y ya me quedé en el paritorio con contracciones súper seguidas. Decidieron quitarme el propess y el parto que ya estaba instaurado siguió sin necesidad de oxitocina. Estuve en la pelota con los ejercicios aprendidos para la dilatación y también un rato en la ducha, lo que más me alivió el dolor. A las 21:00 decidí ponerme la epidural ya que no me daban ninguna tregua las olas, entre una y otra no pasaba más de 30 segundos y la intensidad ya era muy alta. Tras la epidural en una hora estaba en dilatación completa.

El bebé seguía un poco alto, pero gracias a la matrona que me ayudó con cambios de posición, enseguida empecé a notar una fuerte presión en la zona púbica, decidimos empezar los pujos y en 10 minutos nació el bebé.

No perdí el control en ningún momento, a diferencia de mi primer parto. Gracias a controlar las respiraciones y a los anclajes a los que recurrí en momentos en que notaba que me iba a descontrolar, estuve muy presente en todo momento y las dos matronas que me atendieron me explicaron en cada momento los pasos que íbamos siguiendo y las opciones que tenía. De hecho, decidí junto a la matrona que me rompieran la bolsa, algo que a lo que a priori estaba muy en contra.

El bebé nació super tranquilo, no lloró en ningún momento, su padre pudo cortar el cordón después de esperar a que dejase de latir.

Así que lo que empezó con una mañana de susto terminó con un parto bueno, con recuerdo muy positivo para mí y mi pareja.

Gracias

Irati

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