La historia de parto
Bienvenido Joan, 27/11/2024 15:15h, 3,020gr
06:30 me despierta una ola como las que había tenido desde la semana 14 (Braxton-hicks) pero nunca antes me habían despertado, así que pensé que algo estaba cambiando y se lo dije a Jordi medio dormidos. Al cabo de veinte minutos me volví a despertar con otra igual y esta vez me levanté a hacer pis pensando que mi vejiga estaba llena de toda la noche y quizás por eso me molestaban más, pero ya no hubo ninguna más.
La noche anterior al parto había quedado con Marta, una amiga, para ir a caminar. A veces dábamos una vuelta de unos 4km por la montaña que tenemos muy cerca y pensé que me iría muy bien para que el parto se fuera iniciando solo. Después de caminar una hora llegué a casa con alguna ola más, pero leve y con mucho espacio de tiempo entre ellas. Jordi estaba esperándome para ver cómo iba, y apareció el famoso síndrome del nido, nos pusimos los dos a limpiar, cambiar sabanas, hacer lavadoras… hasta que llegaron las 12:30, hora de ir a recoger a Xavi y Laia al cole, hermanos de Joan. Allí siempre nos quedamos un rato en el parque y me costó hablar con alguna madre puesto que seguía con alguna ola de manera irregular pero ya me hacían pensar en la respiración y estar en silencio unos segundos.
A las 13:15h llegamos a casa y el parto se activó por momentos. Jordi estaba haciendo la comida y cuando nos sentamos a la mesa ya se puso a preparar comida para llevar al hospital; la bendita agua de coco (que me salvó las horas post-parto), alguna barrita, frutos secos,… veía que nos tendríamos que ir pronto. Yo me metí en la ducha mientras los niños iban comiendo para ver si el proceso seguía o se paraba y aunque dentro del agua solo vino una ola, al salir de la ducha note como algo caliente y muy liquido, caía en la alfombra de la ducha, ahí avise a Jordi que Joan venia en camino.
Se duchó Jordi, cargó el coche y cuando los niños a las 14:40h se iban para el cole, nos fuimos. No he contado que Jordi y yo nos habíamos preparado con el curso de hipnoparto de Paula para asistir a una casa de nacimientos a una hora y veinte de casa y tener un parto fisiológico y natural. Pero teníamos un plan B que era el hospital de referencia muy respetuoso también con el parto natural. Pues al subir al coche las olas ya eran cada 2-3 minutos y muy intensas.
Joan estaba en la última ecografía de 38 semanas con la cabeza en el pubis pero no encajada, y prometo que entre ola y ola de camino al hospital yo notaba como la cabeza iba rotando y bajando, que me había preocupado también por la posición anterior que la matrona me decía…! Tenia mucha presión en el sacro y me costaba mantener la posición sentada, ahí fue duro no poder moverme. En quince minutos llegamos al hospital, no pudimos hacer ni entrada en el mostrador. Jordi dejó el coche en la misma puerta de urgencias con las ambulancias tal cual. El ascensor para subir a obstetricia y ginecología se abría pero en el mismo instante vino una ola, eran cada vez más intentas, y me costaba andar.
Respiraba y seguía. Una vez arriba me pasaron a triaje y allí Joan ya no podía esperar más, yo solo quería empujar y empecé a bajarme los pantalones por inercia y ahí ya todo el mundo corría, me sentaron en una silla y corriendo entré en una sala de partos. Solo dio tiempo a que me quitaran la ropa mientras Jordi se ponía la estéril y de pie con las manos encima de la cama apareció la mano de Jordi como por arte de magia, fue lo necesario para apretar con fuerza y con un grito como de guerra, en la primera ola salió la cabeza y en la siguiente el cuerpo de Joan. Lo cojí y solo recuerdo las palabras: "No tires Carmen, el cordón es corto espera". Pero yo solo quería olerlo y tenerlo muy cerca. Esperamos sin tirar bastante tiempo hasta que el cordón dejara de latir, y una vez Jordi lo pudo cortar me lo acerqué más a mí.
¡Las siguientes dos horas fueron magia! No quiero olvidar cada segundo intenso que vivimos ¡Y ese olor a recién nacido que es única!
Gracias Paula
Carmen
