La historia de parto
Parto natural en el hospital (sin epidural), con la liana, la silla de partos y el espejo)
Rompí aguas a las 18 de la tarde del pasado 7 de mayo, justo en el día de la madre! Fue en la semana 38+5. Me agaché a recoger la ropa de la lavadora y escuché un pop! y a continuación sentí como caía líquido por mis piernas... Al principio pensé: ¿Será pipí? Así que fui al baño y cuando iba a sentarme en la taza del wc volví a sentir el líquido entre mis piernas, esta vez me fijé bien y me di cuenta que era agua transparente y sin ningún olor, así que efectivamente, había roto aguas. Aún incrédula salí en busca de mi pareja para contarle la noticia.
Tal y como habíamos aprendido en el curso de hipnoparto, y siguiendo también los consejos de nuestra doula, hicimos vida normal hasta que tuviera olas intensas y con mucha frecuencia.
Nos fuimos a pasear por el campo con nuestra perra y a maravillarnos con lo que nos estaba pasando...En ese paseo nos reímos muchísimo, nos parecía una situación surrealista (cabe decir que es nuestro primer bebé), de esa manera generamos muchísima oxitocina, que más adelante me ayudó en la dilatación.
Volvimos a casa sobre las 8:30 de la tarde y creo que el cuerpo es tan sabio que esperó a llegar a nuestro hogar para que empezaran las olas. Inicialmente fueron suaves pero ya bastante seguidas, en ese momento, para generar aún más oxitocina pedí unas pizzas para cenar. Cuando llegaron yo ya tenía olas más intensas y se me había cerrado el estómago. Mi pareja preparó la casa con luces tenues, velas y música suave. Queríamos aguantar lo máximo posible en casa antes de ir al hospital. Empecé a utilizar la respiración ascendente recordando que las olas van y vienen y que no duran más de 40-60 segundos. Esta información me ayudó mucho a transitar las diferentes intensidades de las olas. De la respiración pasé a los sonidos vocales y ya era mi cuerpo el que me me dirigía del sofá al baño y del baño al sofá, me sentía completamente a gusto y a salvo en el wc así como en el sofá, donde entre ola y ola conseguí echar alguna cabezadita y hasta soñar!
Entre esas olas expulsé el tapón mucoso y cada vez las olas eran más intensas y más seguidas, hasta que llegó una ola muy muy intensa y noté como mi cuerpo quería empujar y mi voz se abría con más fuerza para poder liberar el suelo pélvico. Hasta nuestra perra se percató de que habíamos pasado a otra fase del parto, sin darme cuenta empecé con la respiración descendente y a empujar. Eran las 2.30 de la madrugada y la verdad yo estaba tan metida en mi planeta parto que ni me enteré de que habían pasado 6 horas desde que llegamos a casa. En ese mismo instante decidimos irnos al hospital (por suerte está a 5 minutos de casa), me atendió el matrón y la auxiliar y me hicieron el primer y único tacto ya que estaba dilatada completa y el bebé estaba en fase 3 de 4.
Mi pareja les dió nuestro plan de parto y se encargó de que siguieran todo lo que escribimos en dicho plan. Nos fuimos directos al paritorio, no había tiempo ni de ir a coger la bolsa del hospital al coche! Entramos en el paritorio y me prepararon la liana, la silla de parto, me pusieron un espejo para poder ver el parto y se encargaron de bajar la intensidad de la luz y pudimos poner nuestra música, todo tal y como lo queríamos.
Yo seguía con mis pujos, controlando mis gritos y respiraciones para seguir con el proceso de parto sin ningún tipo de medicalización, ni epidural, ni gas nitroso, solo las poderosas palabras de ánimo de mi pareja, junto con el matrón y la auxiliar hicieron que nuestro pequeño Áfer saliera en no más de una hora.
Eran las 4:01 de la madrugada del 8 de mayo del 2023. Durante todo el proceso el matrón nos informaba de todo lo que estaba pasando y de todas las opciones que teníamos. De hecho, no intervinieron en nada hasta en el momento del expulsivo que me ayudó a sacar al bebé.
Como el parto fue muy rápido me recomendó administrar oxitocina sintética para el alumbramiento de la placenta y evitar posibles hemorragias, aquí si accedí ya que mi bebé estaba ya fuera. Nos dejaron la placenta unida al cordón y al bebé durante todo el tiempo que quisimos y así poder hacer el corte tardío del cordón para que nuestro bebé recuperará toda su sangre.
Fue un parto muy amoroso, respetado y humanizado en un ambiente ideal.
¡Qué orgullosa me siento de ser mujer, de la fuerza y la valentía que tenemos y que regalamos al mundo en forma de vidas! No podía haber tenido un mejor parto y en parte fue gracias a los conocimientos que adquirí con el curso de hipnoparto, porqué la información es poder! Millones de gracias Paula!
Un abrazo, Neus.